Con este título en las entradas querría destapar y dejar a la luz algunas tretas tenebrosas del enemigo, enredado en su brutal odio, tan empeñado en entrampar el Camino y que con la ayuda fiel de Dios que tanto nos ama y guarda, con paciencia iremos sorteando.
La Tentación numérica:
A menudo el enemigo nos ataca haciéndonos pensar en las cantidades, como si uno al ver que nos aman mucho debiéramos corresponder con una determinada medida mínima o más kilos de amor o respuesta a lo recibido. Es como querer hacer desear que pensara en querer recibir un premio de lotería, por ejemplo, para así poder dar dos millones a tal obra o cual otra cosa buena, como si fuera la cantidad lo importante por la capacidad de la cifra y esto al no realizarse deja angustia, quita la paz interior y bien se ve que no da frutos buenos y viene el asunto lleno de tiniebla.
El Señor en parábolas como la de la Viuda que dio dos monedicas al templo frente a los que daban en cantidades que en el Mundo podrían pensarse como adecuadas para mantener el templo o salarios y demás, nos deja ver el error no sólo de los que dan de esa forma y en especial si lo hacen con trompeteo, sino en el error numérico de los demás que caen en las cantidades y no en lo que importa al creador, y es en que da Todo lo que necesitaba para vivir, esta puntualización la hace para indicar la Confianza necesaria de nuestra Alma en el Creador, Confianza primordial para emprender una obra buena como dar limosna, sino que el decir Todo habla del aroma grato al Señor; y que el nos pide cumplir; Jesús en Ti Confío, el Sacrificio que Dios tiene por grato no es el numérico, sino el porcentual, el Señor no desea la gran cantidad sino la totalidad de lo nuestro.
Es decir, que si ahora nuestro miserable corazón ama unos gramos en vez de kilos lo que tenemos que procurar es que nuestro corazón ame a Jesús al 100% de nuestra capacidad, Todo, sin rincones secretos, sin cuartos cerrados, Todo, no importando lo que en nuestra miseria llegue a pesar ese Todo nuestro, Quien como nuestro Creador, conoce lo poco que somos. Nosotros al amar al completo, podemos aplicar el factor de La Pasión, es decir, multiplicar hasta el grado máximo ese amor, en el sacrificio, en la entrega, en el recto y puro cumplimiento de la Voluntad de Dios, que esto es amar, asociándolo al amor de Jesucristo, a su Pasión, obediencia hasta la muerte por Amor hasta el extremo, en la Redención del hombre, por mi.
Una vez que nos determinamos a darnos por completo, empezamos a amar en plenitud y el Señor morará en nuestro corazoncico, negro, húmedo, pequeño, arrepentidos del mal cometido, con el firme propósito de enmendar cada error, atentos a la escucha de la Voluntad de Dios, Él habita en nos, lo va agrandando, vamos quitando apegos a criaturas, modificando conductas y vicios, esforzándonos en ser cristalinos ante quien nos mira traspasándonos hasta el tuétano del alma, ahora sí, veremos muy pronto como empezamos a volar, nuestro corazón cada vez se vuelve más grato al Señor, los ruidos ensordecedores de los pecados mortales ahora acallados, permiten oír mejor el chirriar de las bisagras de las faltas y todo siempre con Caridad, recta intención, con pureza, con luz en el ojo, de la mano de nuestra Madre, que nos enseña a poder cumplir la voluntad plena de Dios con su Evangelio Mariano; Haced lo que Él os diga.
Ver como han amado los Santos no debe darnos envidia, sino confianza en alcanzar ese grado o superarlo, porque para eso hemos sido creados, somos llamados, tenemos que ser Santos como nuestro Padre, determinarnos en ser Santos, sí, sin complejos y jamás confiando en nosotros mismos, así avanzaremos en el Camino, desterrando la autocompasión llena de soberbia de quién dice que no puede, como si esperase el Señor algo de nuestra debilidad, saber que es precisamente en nuestra debilidad en donde nos hallamos fuertes y descubrir el mensaje epistolar de San Pablo, el Apóstol, si asemejamos nuestro corazón al Sagrado Corazón de Jesús habremos conquistado a Dios, enamorado de nos, que se dejará encerrar en nuestro corazón manso, en nuestro corazón humilde. Dios, Todo Dios, Inmenso Dios, nos ama al 100% de la capacidad de Dios, eso sí que es amor, y no que nosotros amemos a Dios, y este amor lo vemos cristalino y puro en que nos entregó a su Hijo, a la segunda persona de la Trinidad, que se anonadó pasando por un siervo, hombre en hijo de la Esclava del Señor, uno de tantos y con ello, desde el abajamiento, desde la humillación, el desprecio, el dolor, elevarse en Sacrificio agradable a Dios, en La Pasión está el manantial de nuestro amor. De su costado traspasado, la flor de su amor, su insondable Misericordia, Mar de Misericordia del cual somos sal en el mundo.
No tengamos miedo ninguno, así se levante en odio y en ira el enemigo y todo el Infierno que nos quiere derribar, no tener miedo, por que Jesús está con nosotros, nos ha dado un Ángel de la Guarda con nosotros está el Dios de Jacob, la Segunda persona de la Trinidad Encarnada que nos defiende, y el Señor vive con nosotros, en la Eucaristía es nuestro alimento, alimento de amor, es Jesús mismo, Cristo, Hostia Viva, Hostia Santa, Hostia Pura en nuestra pequeñez, Dios mora en nos y ello hace temblar al Infierno.
El amor nos llevará al sacrificio corredentor, escuchemos las enseñanzas del Maestro y el Espíritu Santo que habita en nosotros nos llevará por su Camino, tengamos confianza por que sea bueno o malo lo que nos venga y pasemos, Dios es tan bueno, que siempre es seguro el Camino, y es para nuestro bien y crecimiento. Dios Es como Es. No nos entrampemos en la balanza que pesa el amor o las obras, no juzguemos, no pesemos ni los nuestros ni los ajenos, entreguemos la totalidad sacando el máximo rendimiento a cada Talento entregado, viviendo perseverantes, sosegados en Recogimiento y Paz, no nos dejemos inquietar por tretas sucias por astutas que parezcan, oremos para no caer, alabemos al Señor y vivamos en adoración perpetua en el interior de nuestros sagrarios, vivos en Él.
A menudo el enemigo nos ataca haciéndonos pensar en las cantidades, como si uno al ver que nos aman mucho debiéramos corresponder con una determinada medida mínima o más kilos de amor o respuesta a lo recibido. Es como querer hacer desear que pensara en querer recibir un premio de lotería, por ejemplo, para así poder dar dos millones a tal obra o cual otra cosa buena, como si fuera la cantidad lo importante por la capacidad de la cifra y esto al no realizarse deja angustia, quita la paz interior y bien se ve que no da frutos buenos y viene el asunto lleno de tiniebla.
El Señor en parábolas como la de la Viuda que dio dos monedicas al templo frente a los que daban en cantidades que en el Mundo podrían pensarse como adecuadas para mantener el templo o salarios y demás, nos deja ver el error no sólo de los que dan de esa forma y en especial si lo hacen con trompeteo, sino en el error numérico de los demás que caen en las cantidades y no en lo que importa al creador, y es en que da Todo lo que necesitaba para vivir, esta puntualización la hace para indicar la Confianza necesaria de nuestra Alma en el Creador, Confianza primordial para emprender una obra buena como dar limosna, sino que el decir Todo habla del aroma grato al Señor; y que el nos pide cumplir; Jesús en Ti Confío, el Sacrificio que Dios tiene por grato no es el numérico, sino el porcentual, el Señor no desea la gran cantidad sino la totalidad de lo nuestro.
Es decir, que si ahora nuestro miserable corazón ama unos gramos en vez de kilos lo que tenemos que procurar es que nuestro corazón ame a Jesús al 100% de nuestra capacidad, Todo, sin rincones secretos, sin cuartos cerrados, Todo, no importando lo que en nuestra miseria llegue a pesar ese Todo nuestro, Quien como nuestro Creador, conoce lo poco que somos. Nosotros al amar al completo, podemos aplicar el factor de La Pasión, es decir, multiplicar hasta el grado máximo ese amor, en el sacrificio, en la entrega, en el recto y puro cumplimiento de la Voluntad de Dios, que esto es amar, asociándolo al amor de Jesucristo, a su Pasión, obediencia hasta la muerte por Amor hasta el extremo, en la Redención del hombre, por mi.
Una vez que nos determinamos a darnos por completo, empezamos a amar en plenitud y el Señor morará en nuestro corazoncico, negro, húmedo, pequeño, arrepentidos del mal cometido, con el firme propósito de enmendar cada error, atentos a la escucha de la Voluntad de Dios, Él habita en nos, lo va agrandando, vamos quitando apegos a criaturas, modificando conductas y vicios, esforzándonos en ser cristalinos ante quien nos mira traspasándonos hasta el tuétano del alma, ahora sí, veremos muy pronto como empezamos a volar, nuestro corazón cada vez se vuelve más grato al Señor, los ruidos ensordecedores de los pecados mortales ahora acallados, permiten oír mejor el chirriar de las bisagras de las faltas y todo siempre con Caridad, recta intención, con pureza, con luz en el ojo, de la mano de nuestra Madre, que nos enseña a poder cumplir la voluntad plena de Dios con su Evangelio Mariano; Haced lo que Él os diga.
Ver como han amado los Santos no debe darnos envidia, sino confianza en alcanzar ese grado o superarlo, porque para eso hemos sido creados, somos llamados, tenemos que ser Santos como nuestro Padre, determinarnos en ser Santos, sí, sin complejos y jamás confiando en nosotros mismos, así avanzaremos en el Camino, desterrando la autocompasión llena de soberbia de quién dice que no puede, como si esperase el Señor algo de nuestra debilidad, saber que es precisamente en nuestra debilidad en donde nos hallamos fuertes y descubrir el mensaje epistolar de San Pablo, el Apóstol, si asemejamos nuestro corazón al Sagrado Corazón de Jesús habremos conquistado a Dios, enamorado de nos, que se dejará encerrar en nuestro corazón manso, en nuestro corazón humilde. Dios, Todo Dios, Inmenso Dios, nos ama al 100% de la capacidad de Dios, eso sí que es amor, y no que nosotros amemos a Dios, y este amor lo vemos cristalino y puro en que nos entregó a su Hijo, a la segunda persona de la Trinidad, que se anonadó pasando por un siervo, hombre en hijo de la Esclava del Señor, uno de tantos y con ello, desde el abajamiento, desde la humillación, el desprecio, el dolor, elevarse en Sacrificio agradable a Dios, en La Pasión está el manantial de nuestro amor. De su costado traspasado, la flor de su amor, su insondable Misericordia, Mar de Misericordia del cual somos sal en el mundo.
No tengamos miedo ninguno, así se levante en odio y en ira el enemigo y todo el Infierno que nos quiere derribar, no tener miedo, por que Jesús está con nosotros, nos ha dado un Ángel de la Guarda con nosotros está el Dios de Jacob, la Segunda persona de la Trinidad Encarnada que nos defiende, y el Señor vive con nosotros, en la Eucaristía es nuestro alimento, alimento de amor, es Jesús mismo, Cristo, Hostia Viva, Hostia Santa, Hostia Pura en nuestra pequeñez, Dios mora en nos y ello hace temblar al Infierno.
El amor nos llevará al sacrificio corredentor, escuchemos las enseñanzas del Maestro y el Espíritu Santo que habita en nosotros nos llevará por su Camino, tengamos confianza por que sea bueno o malo lo que nos venga y pasemos, Dios es tan bueno, que siempre es seguro el Camino, y es para nuestro bien y crecimiento. Dios Es como Es. No nos entrampemos en la balanza que pesa el amor o las obras, no juzguemos, no pesemos ni los nuestros ni los ajenos, entreguemos la totalidad sacando el máximo rendimiento a cada Talento entregado, viviendo perseverantes, sosegados en Recogimiento y Paz, no nos dejemos inquietar por tretas sucias por astutas que parezcan, oremos para no caer, alabemos al Señor y vivamos en adoración perpetua en el interior de nuestros sagrarios, vivos en Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario