tu gloria supera todas las cosas creadas.
¿Qué hay que se pueda semejar a tu nobleza, madre del Verbo Dios?
¿A quién te compararé, oh Virgen, de entre toda la creación?
Excelsos son los ángeles de Dios y los arcángeles,
pero,
¡cuánto los superas tú, María!
Los ángeles y los arcángeles sirven con temor a aquel que habita en tu seno,
y no se atreven a hablarle;
tú, sin embargo,
hablas con él libremente.
Decimos que los querubines son excelsos,
pero tú eres mucho más excelsa que ellos:
los querubines sostienen el trono de Dios;
tú,sin embargo,
sostienes a Dios mismo entre tus brazos.
Los serafines están delante de Dios,
pero tú estás más presente que ellos;
los serafines cubren su cara con las alas no pudiendo contemplar la gloria perfecta;
tú, en cambio,
no sólo contemplas su cara,
sino que la acaricias y llenas de leche su boca santa.
-Oración de San Atanasio de Alejandría-
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